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Las Islas Canarias son muy difíciles de definir. La diversidad de paisajes es tal que no podemos conformarnos con pensar que son islas de playas y mar.

Algunas son bajas y relativamente planas, como Fuerteventura o Lanzarote, donde la huella de los volcanes ha dejado unos parajes fascinantes y unas texturas duras y cortantes. Otras, las más altas, ascienden hasta la altura de las nubes, y muestran un puzle asombroso de ecosistemas únicos en el mundo. Entre esos ecosistemas hay uno muy especial: la laurisilva.

La laurisilva es un bosque muy antiguo que se refugió en las islas y que ha perdurado aquí durante millones de años. En la antigüedad este tipo de bosque ocupó toda la cuenca del mediterráneo. Cuando las glaciaciones y los cambios climáticos arrasaron el continente europeo, sus últimas forestas quedaron a buen resguardo en las islas Canarias. Se trata pues de un bosque “fósil”… pero muy vivo.

Las condiciones climáticas estables donde la temperatura y el grado de humedad no han cambiado sustancialmente han permitido su supervivencia. Precisamente esas condiciones tan especiales, que son tan distintas al sol y playa, nos martirizaron especialmente durante los rodajes en los bosques de laurisilva de Las Palmas, La Gomera y Tenerife. Durante dos años los vientos y las nubes más fríos y constantes coincidieron con nuestras fechas de grabación. Esa incómoda coincidencia nos hizo pasar un frío horroroso y poner a prueba la capacidad de resistencia de nuestras cámaras a la lluvia y la humedad.  El viento llegó a derribar nuestro drone mientras volaba por un acantilado.

Como contrapartida a estas calamidades buscamos un lugar donde poder captar la importancia para todos los ecosistemas isleños de los vientos alisios y del océano. Alegranza fue el lugar escogido, un islote mágico al norte de Lanzarote.

Alegranza es la antítesis de la laurisilva. La tierra volcánica apenas esta tapizada por matorrales que se arrastran por el suelo y sólo crece un árbol junto a un viejo pozo, en e corazón de la pequeña isla. Aquí hay una notable colonia de halcones de Eleonor que capturan los pajarillos que arrastra el viento desde África. Filmra y vivir aquí casi una semana, sin agua dulce, sin electricidad, durmiendo en tiendas y cocinando con la madera que arroja el mar fue una de las mejores experiencia que vivimos en los rodajes de la serie… y todo gracias a los conocimientos de Yeray y de la gente que trabaja durante meses en esas duran condiciones y que nos “adoptaron” generosamente en su campamento de investigación: Laura y Walo.